APRENDE A GALOPAR

Tú, querido Ser, has venido a ofrecer al mundo. A ofrecerte a ti, quien eres. ¿Qué hay de tus talentos, tus alegrías, tus dones; se los ofreces al mundo? ¿Disfrutas de lo que haces? ¿A qué te dedicas y enfocas tu energía? ¿Acaso te sientes vacío? ¿Te sientes triste? ¿Hay Sentido en tu vida? Si la respuesta a esta última pregunta es No, pregúntate qué estás haciendo. Puede que sientas un gran vacío en tu interior o que ni siquiera te hayas parado a sentirlo debido a tu desconexión. Puede que sientas una profunda tristeza y no sepas de dónde venga porque aparentemente lo tengas todo a tu alrededor. Plantéate qué hacer a partir de ahora. ¿Deseas cambiar tu vida? Enfócate en ti, esa es la base desde donde construirás una vida con sentido. Es el primer escalón de la escalera de tu vida, el primer paso para llegar a la cima y poder contemplar tu vida con alegría y renovada ilusión. 

 

Enfócate en aquello que te indique tu corazón, tu brújula interior; te guiará hacia el mejor camino, realmente él sabe qué viniste a dar, tu proyecto de vida. Para ello escúchalo y sé valiente para realizar tu misión y superar cualquier obstáculo que se te presente en tu día a día. 

 

¿Cuál es tu inspiración? ¿Qué vas a crear o transformar? Tú tienes el poder de transformar tu vida. Lidera tu vida, y hazlo con ilusión, entusiasmo y alegría, pues sabes que tu decisión es vital, cada una de tus elecciones. No cedas tu poder a los demás o creas que es inútil, que no puedes hacer nada por cambiar tu realidad. No te autoengañes.

 

Toma las riendas de tu vida y sal a galopar por donde quieras. Elige tu lugar. Recuerda que un buen jinete se ha entrenado, se ha dedicado tiempo así mismo y ha dedicado tiempo a conocer el caballo que decidió montar. Que ha disfrutado su proceso hasta que ha aprendido a galopar sorteando obstáculos; ha tenido paciencia, ha sido muy consciente de su realidad, de lo que necesitaba entrenar más y lo ha hecho hasta conseguir lo que se proponía; hacerse más fuerte, más hábil y veloz . Para ser más veloz tuvo que aprender las necesidades del caballo, cómo reacciona, cómo siente, saber de lo que es capaz, creer en él; para ello tuvo que creer en sí mismo primero y convencerse de que es capaz de conseguir sus objetivos. Tuvo que ser valiente superando sus miedos y adquirir más paz y equilibrio.  Tuvo que respetar su propio proceso y el del caballo. Respetar los ritmos, aprender a fluir aceptando que quizá se necesite entrenar más. Aprendió a fluir adaptándose al caballo. Tras conseguirlo, con destreza pudo montar integrando todo lo aprendido.

 

Paso a paso, el jinete se vuelve un experto en sortear obstáculos galopando, sintiéndose libre y en paz, con alegría y gozo.

 

Tú eres el jinete, la vida el caballo en el que te decidiste montar. Monta y atrévete a galopar.

 

Escribir comentario

Comentarios: 0