No te apagues. Rescátate. Te necesitas para volver a renacer. Para reconocer tus heridas y sanarte. Para ponerte en pie y caminar otra vez, bien erguida. No para luchar y desgastarte otra vez, sí para ocuparte de cada herida y sanarte de una vez.
¿Quieres sanarte? ¿Estás dispuesta a renacer? Has de creer de nuevo en ti misma, encontrar tu fe, el sentido de tu vida. Para ello profundiza en ti y cura tus heridas. De esta forma cambiará tu vida. ¿Te responsabilizas de ti? ¿Sabes amarte? Date la atención que necesitas. Decide resurgir. Depende de ti.
Encuentra el sentido profundizando en ti. Si no te conectas contigo, no podrás conectarte a la Vida. Conoce quien eres, explórate.
Vuelve a ser quien eres. Tú no eres tus heridas. Palpita la llama en ti. ¿Sabes ya quién eres y qué viniste a hacer aquí? Tu misión de vida es ser feliz y aprender de ti a través de la Vida y aprender de la Vida a través de ti. Recordar quién eres y expandirte. Si te dejas caer, si te abandonas, no te responsabilizas de tu vida. Cambia la perspectiva y cambiará tu vida. Date la oportunidad de crecer y expandirte. A su vez, ayudarás a los que te vean con tu maravilloso y perfecto ejemplo.
Eres huracán y tempestad, o eres calidez y calma. Tú eliges. Atraviesa la oscuridad cuando llegue hasta ti como otra oportunidad para ver con los ojos del alma.
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